Los formoseños que se alientan
La torpeza para diseñar una campaña panfletaria utilizando jóvenes que asumen una postura superficial, como característica del "formoseño", contrasta contra la opinión de las redes sociales de cuáles se ponen en evidencia los problemas reales que afectan al formoseño.

Si algo caracteriza a la usina oficial de propaganda del gobierno de Gildo Insfrán es la falta de creatividad y buen gusto, consecuencia de utilizar punteros para promocionarse y no profesionales de la comunicación social.
Esta semana que termina, un video, aparentemente realizado por el Director de Asuntos Juveniles, Fernando Galarza, se volvió viral porque exponía a adolescentes, manifestando que eran formoseños porque: "es obvio que nunca falta una chipa por la mañana" o "porque al tereré se le pone yuyo" o "porque siempre se nos escapa un aijue" o "porque salgo con mi repelente" y finalmente porque, "si bajan dos grados me pongo campera".
Luego finalizaba con el escudo de Formosa y la autoría del gobierno de la provincia, que más allá de su manufactura precaria e improvisada, causó la reacción implacable de las redes de los formoseños que si se animan a opinar pese al espionaje oficial.
Las redes
Si bien Insfrán desprecia las redes sociales, sabe que el rechazo mayoritario que obtiene en cada una de las elecciones en la capital de la provincia tiene que ver con lo que ocurre en el universo digital y lo que más lo frustra es que no puede censurarlas por más policía que ponga a controlar los "posteos" y etiquetar amigos de enemigos entre los formoseños.
De la misma manera, desde hace unos años a esta parte, han sido utilizadas (sobre todo en pandemia), para denunciar los abusos del régimen y desde ese momento, los detractores suman cada vez más comentaristas que rechazan con nombre y apellido el relato del modelo formoseño.
En este sentido la torpeza para diseñar una campaña panfletaria utilizando jóvenes que asumen una postura superficial, como característica del "formoseño", contrasta contra la opinión de las redes sociales de cuáles se ponen en evidencia los problemas reales que afectan al formoseño.
Ojo, no es culpa de los pibes, que son utilizados como "carne de cañón" en una estrategia de adoctrinamiento sistemático a través de todos los estamentos del estado que los obliga y somete a un reduccionismo en la educación y los transforma no en individuos plenos sino en instrumentos de manipulación partidaria.
Unidad básica y militantes
No es una novedad que en los regímenes dominantes como el de Insfrán, la juventud ha sido utilizada para ser amaestrada a través de la educación tanto formal (recibida en colegio, universidad, planes de estudio), como informal (calle, medios de comunicación, propaganda, asociaciones), además del propio estado ofreciendo trabajos precarizados ante un escenario negativo en este aspecto, y es con ese cometido que en cuanto espacio tiene injerencia el gobierno del barbado lagunense (el sistema educativo en esto es primordial) está orientado al adoctrinamiento.
Fue el ex Ministro de Educación, Alberto Zorrilla, el que dijo, totalmente liberado de pudor, que "La escuelas de Formosa deberían ser una "unidad básica" y a partir de ese momento, el trabajo de los "testas" del quinto piso, se orientó en identificar las causas por las cuales había detractores que salían de instituciones del estado provincial ¿Cómo puede ser?
Así se modificaron leyes para nombrar militantes como docentes y hasta modificaron el requisito de tener título habilitante para poder aspirar a un cargo frente al aula. Se identificaron a educadores críticos del modelo generando una lista negra y los resultados en el deterioro de la enseñanza no se hicieron esperar.
El modelo de pobreza
Este formateo a conveniencia de la enseñanza inculcó a los alumnos la visión "única" del modelo formoseño como del "único" líder, Gildo Insfrán y aunque la mayoría de los educadores permanecieron en sus puestos porque aceptaron el régimen, éste se dedicó a purgar silenciosamente el sistema escolar público eliminando a todos aquellos maestros que políticamente no eran de confianza.
La estrategia de formar una familia ideológica que estuviera por encima de la biológica no es algo nuevo, más en una sociedad donde muchos padres se dieron cuenta que habían perdido el control sobre sus hijos.
Las ideas que aplican torpemente desde la usina de propaganda no son estrategias nuevas, las usó el nazismo en su momento y lo sigue haciendo Cuba, Nicaragua y también en menor grado en Venezuela. Estos regímenes totalitarios, en donde se impone que el Partido "único" quiere que los niños y niñas reconozcan que la única manera de salir de la pobreza, ser prósperos y avanzar hacia la felicidad, cumpliendo sus deseos es confiar firmemente en él "Conductor", también "único". No hay otro.
Relato perverso
Todo le saldría de maravillas al barbado lagunense si no fuese porque todo lo que no está bajo su control reacciona, se rebela. Y se rebela porque choca duramente contra la realidad.
Así a cada historia como este triste video de #Yo soy formoseño "anestesiando una porción del cerebro" según Orwell, hay una catarata de internautas de "cabotaje" que critican y niegan las precarias ideas de algún trasnochado funcionario pensando que algo así sería una buena propaganda.
Los tiempos cambiaron y hoy la gente tiene a mano el celular, donde acude a los medios de comunicación y comenta, teniendo inclusive más "vistas" que la nota central con adhesiones y rechazos de la gente que a su vez vuelve a comentar sobre el mismo comentario.
De esta manera, los sumisos agentes de propaganda del óctuple gobernador, ven como el círculo de la frustración se cierra con un rechazo absoluto de todo lo que proponen para caerle bien a Insfrán. Les queda el jugoso sueldo como consuelo de todas maneras.
Rebeldía de los jóvenes
La idea de generar algo simpático al feudal, se vuelve un "Boomerang". Le vuelve una artillería de gente que contrasta con el orden del modelo formoseño.
A los jóvenes "naif" manifestando en el video que eran formoseños porque: "es obvio que nunca falta una chipa por la mañana" o "porque al tereré se le pone yuyo" o "porque siempre se nos escapa un aijue" o "porque salgo con mi repelente" y finalmente porque, "si bajan dos grados me pongo campera" les respondieron de manera aplastante: "Soy Formoseño y todos los meses soy victima de Robo a Mano Armada por parte de REFSA" o "Soy Formoseño y obvio que tengo que caminar porque no hay colectivos". "Soy Formoseño y obvio que en el verano tengo morirme de calor porque se corta la electricidad". "Soy Formoseño y cuando voy a comprar gas no tengo que cruzarme con una Toyota Land Cruiser porque voy preso". "Soy formoseño y obvio que cuando llueve se vuelve Venecia" entre tantos otros comentarios diciéndole al gobierno lo que no quiere escuchar. Curiosamente, son los jóvenes que él trata de controlar, los que llevan la voz cantante en lo que ya ha ocurrido a nivel nacional con Javier Milei y los que en las redes no tienen el miedo de los adultos de decir lo que piensan.
La saciedad se extiende
Lejos de aquellos que el modelo expone al ridículo en videos sosos, los jóvenes emigran por miles de la provincia por falta de trabajo y por no querer someterse al régimen por un trabajo precario en el estado.
Son los jóvenes los que hoy le exigen a sus padres, acerca de su responsabilidad por acción u omisión para llegar al actual nivel de destrucción de la economía en la provincia y que solo les deja la terminal como única puerta de salida a la situación.
A su vez son los jóvenes los que impulsan a los adultos a levantar la voz, después de haber estado tantos años callados, sufriendo el éxodo de seres queridos y el enriquecimiento grosero de los militantes y amigos del estado.
Insfrán no considera las redes como importantes porque tiene a más del 70% de la provincia, viviendo un permanente apagón digital. Pero no puede parar o controlar lo que pasa en la ciudad de Formosa. Hoy el ya no puede imponer el #Yo soy Formoseño ni en chiste porque le vuelven miles de reproches de un hartazgo que se incrementa.